casa a poniente

Para protegerse de su orientación, la fachada principal da un paso atrás para poder levantar, frente al poniente, un muro ciego con un sólo ojo para poder mirar.

El chaflán, ya escorado, se abre y propone la relación con el exterior.

La planta baja no se construye, sólo aire, preparada para los usos que puedan venir. La vivienda, mínima, se desarrolla en las dos plantas superiores, volcando al patio que se consolida entre las “dos fachadas” y que será el encargado de regular la temperatura del interior de la vivienda.

La entrada a la casa es un acontecimiento en sí mismo: Abrimos la puerta, entramos al patio, la escalera, exterior, a la derecha. Subimos a la pasarela de tramex, siempre en el patio. Y de aquí, a dentro…

Una casa esencial. Una idea construida.