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Cuando hablamos con la dueña por primera vez nos explicó que tenía un solar urbano entre medianeras en la zona centro de la localidad. Que pretendía construir en él su residencia habitual con un programa convencional de vivienda para tres dormitorios y un garaje para guardar su coche y si fuera posible… le gustaría tener una “piscina para nadar” que imaginaba en una planta sótano para poder climatizar.

El proyecto irrumpió en el momento en el que propusimos que la piscina saliera de las profundidades para elevarse y situarse en una planta jardín, en un gran vaciado en medio de la casa, entre los coches situados en la planta baja y las personas que vivirían más las plantas superiores.

Aparece así un nuevo espacio, un hueco, una planta de aire atravesada por circulaciones que hace que la casa respire y viva entorno a él, que organice sus recorridos y focalice las vistas.

Sólo concepto…